¿Qué es la ciberseguridad?
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¿Qué es la ciberseguridad?

Alice Cooper · 12 de septiembre de 2025 · 6min ·

En el vasto paisaje del mundo digital, la ciberseguridad desempeña un papel fundamental al proteger los dispositivos conectados a Internet, las redes y los datos frente a intrusiones y actividades ilícitas. Su objetivo va más allá de la mera protección, abarcando la preservación de la confidencialidad, la integridad y la disponibilidad de los datos a lo largo de su ciclo de vida. La ciberseguridad engloba no solo software y hardware, sino también la amplia cantidad de información que circula por Internet. Su influencia va desde la protección de datos personales hasta el fortalecimiento de complejos sistemas gubernamentales, garantizando que los activos valiosos permanezcan resguardados frente a posibles amenazas.

Conceptos básicos

La ciberseguridad gira en torno a la implementación de una variedad de medidas protectoras para salvaguardar dispositivos, redes y datos del acceso ilícito y la explotación maliciosa. Engloba diversas estrategias destinadas a frustrar a los ciberdelincuentes que intentan vulnerar computadoras y dispositivos interconectados para sustraer información valiosa.

En el ámbito de la ciberseguridad intervienen distintos mecanismos de defensa, incluidos el refuerzo del acceso mediante protección por contraseña y la adopción de técnicas sólidas de cifrado. Estas salvaguardas actúan como pilares en la lucha contra posibles brechas.

En el siempre cambiante panorama de las amenazas cibernéticas han surgido varios vectores de ataque que suponen riesgos significativos. Entre ellos se encuentran las tácticas engañosas del phishing, la insidiosa infiltración de malware, los intentos sigilosos de escucha y los disruptivos ataques de denegación de servicio (DoS). Mantener la vigilancia frente a estas amenazas es un esfuerzo continuo en ciberseguridad.

Navegando el ámbito de la ciberseguridad

En el panorama en constante evolución de la ciberseguridad se emplea un conjunto integral de medidas para impedir, detectar y responder a la amenaza persistente de los ciberataques. La interconexión de dispositivos, sistemas informáticos y redes los vuelve susceptibles a la piratería, lo que subraya la necesidad de salvaguardas robustas. A medida que la sociedad depende cada vez más de los ordenadores, la importancia de la ciberseguridad se magnifica.

El espectro de medidas de ciberseguridad va desde lo rudimentario hasta lo complejo. Como línea básica de defensa, la protección mediante contraseñas es una función estándar en la mayoría de los dispositivos, erigiendo barreras contra accesos no autorizados. Además, actualizar el software con regularidad constituye un método sencillo pero eficaz para repeler posibles ciberataques.

En caso de un ataque real o inminente, se despliegan cursos de acción a medida según la naturaleza de la amenaza. Emplear técnicas de cifrado actúa como un escudo formidable contra las intrusiones, mientras que software antivirus especializado vigila, detectando y frustrando con rapidez actividades en línea sospechosas y ataques basados en software.

Para asegurar el fortalecimiento de un sistema, es imprescindible comprender a fondo sus riesgos y vulnerabilidades únicas. Al identificar y abordar estos puntos débiles, se puede mitigar el potencial de que los atacantes exploten fallos del sistema, preservando la integridad y la seguridad de la red o el dispositivo.

El espectro de los ciberataques

Las repercusiones de los ciberataques resuenan en individuos, empresas y entidades gubernamentales, provocando pérdidas financieras, robo de identidad y reputación deteriorada. Distinguidos por sus métodos, los ciberataques comprenden una multitud de formas, con algunas de las más comunes descritas a continuación:

Phishing

Disfrazado como correos electrónicos o mensajes de texto procedentes de fuentes legítimas, el phishing intenta engañar a los destinatarios para que divulguen información sensible, como datos de tarjetas de crédito y credenciales de acceso. Alternativamente, busca infiltrarse en el sistema de la víctima con malware. Entre los ataques orientados a consumidores, el phishing es una amenaza persistente.

Malware

El software malicioso, conocido como malware, constituye una fuerza perniciosa capaz de dañar ordenadores y redes. Las variantes de malware incluyen virus, gusanos, spyware y ransomware. A menudo, los usuarios liberan involuntariamente malware al hacer clic en enlaces o en archivos adjuntos de correo electrónico, facilitando así la instalación de software dañino.

Una vez instalado en el sistema, el malware ejerce su dominio bloqueando el acceso a componentes vitales de la red (ransomware), robando sigilosamente información al transmitir datos desde discos duros (spyware) o interrumpiendo operaciones y dejando el sistema inoperativo.

Ataques de escucha

Los ataques de escucha, también conocidos como ataques man-in-the-middle, implican que los hackers interceptan, modifican o eliminan datos durante su transmisión a través de una red. Los ciberdelincuentes explotan comunicaciones de red no seguras para adquirir clandestinamente datos mientras los usuarios los envían o reciben mediante ordenadores, teléfonos inteligentes o dispositivos interconectados.

Las redes no seguras o sin cifrar resultan un terreno fértil para la escucha, especialmente cuando los usuarios transmiten por error datos empresariales sensibles a colegas. Detectar ataques de escucha puede ser complicado, ya que la presencia de un dispositivo de escucha a menudo no deja un impacto discernible en el rendimiento del dispositivo o de la red.

Ataques de denegación de servicio

Los ataques de denegación de servicio (DoS) se centran en incapacitar dispositivos, sistemas de información y otros recursos de red para impedir que usuarios autorizados accedan a servicios y recursos vitales. Lograr este objetivo implica inundar servidores y equipos anfitriones con un volumen abrumador de tráfico, dejándolos inoperativos o provocando caídas del sistema. Los ataques DoS implican atacantes individuales que apuntan a un único sistema.

Ataques distribuidos de denegación de servicio

Los ataques distribuidos de denegación de servicio (DDoS) guardan similitudes con sus homólogos DoS, pero presentan una distinción crucial: estos asaltos se originan desde múltiples máquinas remotas, coloquialmente denominadas zombis o bots. Los ataques DDoS desatan un torrente de tráfico a gran velocidad, lo que los hace más difíciles de detectar en comparación con los DoS, debido a su magnitud y naturaleza distribuida.

Principales objetivos de los ciberataques

Si bien todo sistema presenta algún grado de susceptibilidad a los ciberataques, las entidades más grandes, como empresas y sistemas gubernamentales, con frecuencia se convierten en objetivos debido a la gran cantidad de datos valiosos que albergan. Por ejemplo, el Departamento de Seguridad Nacional implementa medidas de ciberseguridad de vanguardia para proteger información gubernamental sensible frente a naciones extranjeras, actores patrocinados por estados y hackers individuales.

Los sistemas financieros que contienen la información de tarjetas de crédito de los usuarios enfrentan riesgos significativos, ya que los atacantes pueden sustraer fondos directamente de estas cuentas. Las grandes empresas suelen ser objetivo debido a la extensiva cantidad de datos personales que mantienen sobre sus amplias plantillas de empleados.

Entre noviembre de 2020 y octubre de 2021, las industrias más afectadas por ataques básicos a aplicaciones web registraron los siguientes incidentes: finanzas (226), salud (173), servicios profesionales (164), administración pública (158) e información (144).

Conclusión

La ciberseguridad es crucial para proteger dispositivos, redes y datos frente a accesos no autorizados y actividades ilícitas. Abarca una amplia gama de medidas, desde la protección con contraseñas hasta técnicas de cifrado, para defenderse de ciberdelincuentes que buscan explotar vulnerabilidades. El panorama de amenazas en constante evolución incluye phishing, malware, ataques de escucha y ataques de denegación de servicio (DoS), lo que enfatiza la necesidad de una vigilancia continua. Se emplean medidas integrales de ciberseguridad para combatir estas amenazas y garantizar la seguridad de los sistemas interconectados. Industrias como finanzas, salud, servicios profesionales, administración pública e información son objetivos principales de los ciberataques, lo que resalta la importancia de prácticas sólidas de ciberseguridad para proteger datos valiosos.

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