Cómo las reglas de Basilea III pueden afectar tus inversiones bancarias
Las reglas de Basilea III buscan hacer los bancos más seguros estableciendo directrices sobre ratios de apalancamiento, requisitos de capital y liquidez. Esto reduce el riesgo de quiebra bancaria y mejora la confianza de los inversores.
Conceptos básicos
Las reglas de Basilea III pretenden fortalecer las entidades financieras mediante el establecimiento de ratios de apalancamiento, requisitos de capital y pautas de liquidez. Generan confianza en los inversores del sector bancario, asegurándoles que no se repetirán los errores que condujeron a la crisis financiera de 2007-2008.
¿Cómo funciona Basilea III?
Basilea III, una iniciativa voluntaria, recibió aportes y comentarios de bancos y reguladores financieros durante su desarrollo. Muchos países han incorporado elementos de Basilea III en sus leyes regulatorias nacionales para la banca.
Regulación de bancos con alto apalancamiento
La crisis financiera nos enseñó una lección crucial: los bancos con ratios de apalancamiento elevados deben ser regulados adecuadamente, en lugar de confiar en la autorregulación. Durante 2007-2008, estos bancos altamente apalancados sufrieron graves tensiones y su posible colapso representó un riesgo para la estabilidad de las entidades sanas.
Si estos bancos llegaran a fallar, sus activos se venderían a precios rebajados, afectando el valor de todo tipo de activos y causando problemas a otros bancos. La naturaleza interconectada del sistema bancario subraya la importancia de la confianza en su núcleo para la supervivencia.
Ratio mínimo de apalancamiento
El alto apalancamiento puede aumentar las rentabilidades en condiciones económicas estables, pero se vuelve peligroso cuando los precios caen y la liquidez disminuye, como suele ocurrir durante las crisis. La crisis financiera vio el colapso de varios bancos muy apalancados, lo que provocó intervenciones y rescates gubernamentales. Para abordar esto, Basilea III introdujo un requisito mínimo de ratio de apalancamiento, exigiendo que los activos de alta calidad Tier 1 representen al menos el 3% del total de activos.
Requisitos de capital
Bajo Basilea III, los bancos deben cumplir requisitos específicos de capital. Se les exige mantener 4.5% de activos ponderados por riesgo en su propio patrimonio, asegurando que tengan participación en la toma de decisiones y reduciendo el problema de agencia. Además, el 6% de los activos ponderados por riesgo debe ser de calidad Tier 1, protegiendo a los bancos frente a vulnerabilidades durante las recesiones económicas. Estas medidas buscan mejorar la resiliencia del sistema bancario.
Ratios de liquidez
Basilea III también incluye ratios de liquidez obligatorios. El ratio de cobertura de liquidez establece que los bancos deben mantener activos líquidos de alta calidad suficientes para cubrir sus salidas de efectivo durante al menos 30 días en situaciones de emergencia. Además, el requisito de financiación estable neta garantiza que los bancos dispongan de suficiente financiación para sostener sus operaciones durante un año entero en tiempos de crisis. Estas medidas buscan aumentar la estabilidad y la resiliencia de los bancos en periodos difíciles.
Confianza de los inversores en los bancos
Las reglas de Basilea III aumentan la confianza de los inversores en la solidez y estabilidad de los balances bancarios. Esto se logra reduciendo el apalancamiento e imponiendo requisitos de capital, lo que puede limitar el potencial de ganancias de los bancos durante periodos económicos favorables. Sin embargo, estas medidas hacen a los bancos más seguros y mejor preparados para resistir y prosperar frente a los desafíos financieros.
Conclusión
Se sabe que las instituciones financieras son procíclicas, expandiéndose rápidamente en las fases alcistas de la economía pero afrontando un mayor riesgo de quiebra durante las caídas. Basilea III pretende abordar este problema obligándolas a reforzar las reservas y el capital a largo plazo en periodos económicos favorables. Esta medida precautoria ayuda a amortiguar el impacto de las tensiones inevitables cuando las condiciones empeoran.