El impacto de la caída del petróleo en la industria automotriz
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El impacto de la caída del petróleo en la industria automotriz

Ellie Montgomery · 16 de septiembre de 2025 · 5min ·

La caída del precio del petróleo puede reducir el coste del combustible, haciendo la propiedad de un vehículo más atractiva y potencialmente aumentando las ventas en la industria automotriz. Además, cuando el precio del petróleo baja, los consumidores pueden preferir vehículos más grandes y menos eficientes en consumo frente a modelos más pequeños y ahorradores. Los fabricantes automotrices estadounidenses se benefician de este cambio en las preferencias, pero también deberían considerar invertir en mejorar la eficiencia de sus vehículos para adaptarse a posibles regulaciones y subsidios futuros.

Conceptos básicos

En teoría económica, los bienes pueden clasificarse en dos categorías: bienes complementarios y bienes sustitutivos. Los bienes complementarios son aquellos que se usan conjuntamente, mientras que los bienes sustitutivos son percibidos por los consumidores como similares o intercambiables. Esta distinción es especialmente relevante en el contexto de la industria automotriz.

Bienes complementarios: vehículos y petróleo

Los vehículos y el petróleo son ejemplos clásicos de bienes complementarios. El funcionamiento de la mayoría de los vehículos depende de productos derivados del petróleo, como la gasolina. Cuando el precio del petróleo cae, esto impacta directamente en el coste de la gasolina. Como resultado, los propietarios de vehículos disponen de más renta disponible, que puede redirigirse a otras compras, incluida la adquisición de un vehículo nuevo. Los menores costes de combustible pueden incentivar a quienes antes posponían la compra de un coche a reconsiderar su decisión.

Además, personas que antes consideraban la posesión de un vehículo poco viable por los altos gastos en combustible pueden ahora verlo como una opción más factible. Los precios más bajos del combustible reducen el coste total de conducir, haciendo la propiedad de un automóvil más atractiva. Sin embargo, el impacto de la caída del precio del combustible en el consumo de vehículos puede variar entre mercados.

En países con impuestos altos sobre el combustible, como Noruega, aunque los consumidores experimenten la misma caída absoluta del precio que los de Estados Unidos, el cambio porcentual es menos significativo. En consecuencia, la disminución del precio puede no tener un efecto tan pronunciado en el comportamiento del consumidor en Noruega como en EE. UU. Esta discrepancia en la percepción del consumidor puede provocar cambios más relevantes en las compras de vehículos en Estados Unidos en comparación con Noruega.

Cabe señalar que durante periodos de volatilidad en los precios del petróleo, la incertidumbre del consumidor sobre la evolución futura de los precios del combustible puede limitar el impacto inmediato de las variaciones de precio en las compras de vehículos nuevos. En tales casos, los cambios en las ventas de automóviles pueden reflejar las expectativas de los consumidores respecto a los precios del combustible y no solo los precios actuales.

Bienes sustitutivos: vehículos de alto consumo vs. eficientes

Los pick-ups y SUV que consumen mucha gasolina, en contraste con sus homólogos más pequeños y eficientes, se consideran sustitutos dentro de la industria automotriz. Cuando los precios del petróleo bajan, la diferencia en el coste de operar vehículos con bajo rendimiento de combustible frente a los de alto rendimiento se vuelve menos significativa. En consecuencia, los consumidores tienden a optar por las ventajas que ofrecen los vehículos más grandes, como mayor espacio y una sensación de mayor seguridad.

Los fabricantes de automóviles estadounidenses no son ajenos a las preferencias de los consumidores respecto a la elección de vehículos. La tendencia hacia SUVs, pick-ups y coches más grandes beneficia a la industria por varias razones. En primer lugar, los fabricantes estadounidenses suelen ofrecer vehículos con menor eficiencia de combustible que sus competidores extranjeros, por lo que se benefician más de este cambio en las preferencias. En segundo lugar, los márgenes de beneficio de los vehículos más grandes suelen ser mayores que los de los pequeños, mientras que la venta de vehículos eléctricos a menudo genera pérdidas.

Sin embargo, los fabricantes estadounidenses deben ser cautelosos respecto al posible impacto de futuras regulaciones y subsidios destinados a fomentar la producción y compra de vehículos más ecológicos. Estas iniciativas podrían limitar los efectos de sustitución provocados por la caída del precio del combustible y la rentabilidad de la industria.

Conclusión

La industria automotriz estadounidense ha respondido a la reciente caída de los precios del petróleo de una manera que se alinea con los principios económicos relativos a bienes complementarios y sustitutivos. Los precios más bajos del combustible han hecho que conducir sea más asequible, lo que ha aumentado el atractivo de poseer un automóvil. Además, la reducción de los costes de explotación de los vehículos consumidores en comparación con los más pequeños y eficientes ha desplazado las preferencias de los consumidores hacia vehículos más grandes y potentes. Como resultado, los fabricantes estadounidenses están disfrutando de mayores beneficios. No obstante, es importante que inviertan estratégicamente estas ganancias en mejorar la eficiencia de combustible de sus vehículos para cumplir con normas más ecológicas. Este enfoque les ayudará a adaptarse a posibles regulaciones y subsidios futuros mientras continúan prosperando en un mercado en evolución.

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