El propósito de las compras de bonos del Tesoro de EE. UU. por China
La importante inversión de China en bonos del Tesoro de EE. UU. tiene como objetivo mantener precios de exportación competitivos. Con un enfoque en el crecimiento económico impulsado por las exportaciones para la creación de empleo, China gestiona activamente el valor de su moneda, el renminbi (RMB), para mantener la competitividad frente al dólar estadounidense. Estados Unidos debe una parte sustancial de su deuda a China mediante bonos del Tesoro de EE. UU., en gran medida debido a su reconocida seguridad y estabilidad. Aunque existen preocupaciones sobre una posible desinversión china en la deuda estadounidense que podría frenar el crecimiento económico, ventas masivas también conllevan riesgos para la propia China, lo que reduce la probabilidad de que tales acciones ocurran.
Conceptos básicos
China, conocida principalmente por su capacidad manufacturera y su economía orientada a las exportaciones, ha mantenido de forma constante un superávit comercial sustancial con Estados Unidos desde 1985. Esto significa que las exportaciones de China hacia EE. UU. superan consistentemente sus importaciones desde ese país.
Los exportadores chinos, al vender sus bienes a EE. UU., reciben pagos en dólares estadounidenses (USD). Sin embargo, necesitan moneda china, el renminbi (RMB o yuan), para remunerar a su fuerza laboral y efectuar transacciones financieras locales. En consecuencia, intercambian los USD obtenidos por exportaciones por RMB, una práctica que aumenta la oferta de USD mientras simultáneamente impulsa la demanda de RMB.
El banco central chino, el Banco Popular de China (PBOC), interviene proactivamente para corregir el desequilibrio entre el dólar estadounidense y el yuan en los mercados locales. El PBOC logra esto comprando los dólares estadounidenses excedentes a los exportadores y proporcionándoles los yuan necesarios. Cabe destacar que el PBOC tiene la capacidad de emitir yuanes según lo requiera, generando en la práctica una escasez artificial de dólares estadounidenses mediante esta intervención. Esta escasez artificial ayuda a mantener tipos de cambio del USD más altos, facilitando la acumulación de USD por parte de China como reservas de divisas.
Ajuste automático de los flujos de divisas
En el comercio internacional que involucra dos monedas, ocurre un proceso natural de autocorrección. Consideremos un escenario donde Australia experimenta un déficit por cuenta corriente, lo que indica que importa más de lo que exporta (escenario 1). Como resultado, los países que exportan bienes a Australia reciben dólares australianos (AUD), lo que lleva a un excedente de AUD en el mercado global y provoca la depreciación del AUD frente a otras monedas.
La depreciación del AUD, sin embargo, hace que las exportaciones australianas sean más competitivas y que las importaciones resulten más caras. Con el tiempo, Australia comienza a exportar más e importar menos, impulsada por su moneda devaluada. Esto revierte gradualmente el escenario inicial (escenario 1). Este mecanismo de autocorrección es habitual en el comercio internacional y en los mercados forex, y normalmente requiere intervención externa mínima o nula.
La importancia de un renminbi depreciado en la estrategia económica de China
La estrategia principal de China gira en torno a sostener un crecimiento impulsado por las exportaciones, un factor vital en la creación de empleo y en mantener la productividad de su vasta población. Este enfoque depende de mantener una moneda de menor valor, el RMB, en relación con el USD, lo que permite a China ofrecer bienes a precios competitivos en los mercados internacionales.
Interrumpir la intervención del Banco Popular de China, como se describió anteriormente, conduciría de forma natural a una apreciación del RMB. Esto, a su vez, aumentaría el coste de las exportaciones chinas y podría desencadenar una grave crisis de desempleo por la reducción de la demanda de exportaciones. El objetivo de China es preservar la competitividad de sus productos en los mercados globales, lo que requiere impedir la apreciación del RMB. Para lograrlo, China emplea el mecanismo de gestión de moneda descrito, acumulando en el proceso una reserva sustancial de USD.
El papel del Banco Popular de China (PBOC) en el control de la inflación en China
Mientras que países como India, que comparten características de economías orientadas a la mano de obra y a las exportaciones, aplican algunas medidas similares, lo hacen en menor medida. Una consecuencia significativa de la estrategia descrita es la potencial elevación de la inflación. China, con su estricto control económico dominado por el gobierno, tiene la capacidad de abordar la inflación mediante métodos alternativos, incluyendo subsidios y regulaciones de precios. En contraste, otras naciones carecen de un grado comparable de control y deben enfrentarse a las fuerzas del mercado en economías libres o parcialmente libres.
La utilización por parte de China de sus reservas en USD
A finales de 2021, el banco central chino tenía aproximadamente 3,3 billones de dólares en reservas totales de divisas. Al igual que Estados Unidos, China realiza exportaciones a diversas regiones, incluida Europa. El euro constituye una parte importante de las reservas en divisas chinas, diversificando sus opciones de inversión.
Si bien China podría considerar invertir sus sustanciales reservas en dólares estadounidenses en deuda europea para obtener potencialmente mejores rendimientos, su principal preocupación sigue siendo la seguridad y la estabilidad de las inversiones. La zona euro, a pesar de sus dos décadas de existencia, aún confronta problemas de estabilidad, por lo que intercambiar activos, como cambiar deuda estadounidense por deuda europea, sería una elección imprudente.
Comparado con clases de activos alternativas como bienes raíces, acciones u otros bonos soberanos, la deuda estadounidense sigue siendo la opción más segura para las reservas de divisas. Estas reservas no son fondos discrecionales para arriesgar en busca de mayores rendimientos.
Una alternativa para China es utilizar sus tenencias en dólares para pagos en transacciones como compras de petróleo a países de Oriente Medio. Sin embargo, esas naciones receptoras también buscan inversiones seguras, que con frecuencia terminan en la seguridad de los valores del Tesoro estadounidense debido a la amplia aceptación del dólar como moneda de comercio global.
Las consecuencias de la adquisición de deuda estadounidense por parte de China
Las reservas en divisas de China encuentran su refugio más seguro en la deuda estadounidense, lo que implica efectivamente que China presta dinero a EE. UU., facilitando la compra de productos chinos por parte de los estadounidenses. Esta relación simbiótica prospera mientras China mantenga una economía orientada a las exportaciones, generando importantes superávits comerciales con EE. UU. La adquisición de deuda estadounidense por parte de China actúa como un conducto para los préstamos chinos a EE. UU., permitiendo a este último acceder a productos chinos. Este arreglo es mutuamente beneficioso: concede a China acceso a un gran mercado para sus bienes y brinda a EE. UU. los beneficios económicos de importaciones chinas a precios competitivos. A pesar de las tensiones geopolíticas documentadas, ambas naciones se encuentran profundamente interdependientes, produciendo beneficios que probablemente perdurarán.
El papel del dólar estadounidense como moneda de reserva global
En el pasado, el oro funcionó como estándar global de reservas hasta el siglo XIX, cuando fue reemplazado por la libra esterlina británica. Hoy en día, los bonos del Tesoro de EE. UU. se consideran la opción más segura. La historia muestra que varios países acumularon importantes reservas en GBP después de la Segunda Guerra Mundial, no para gastar o invertir en el Reino Unido, sino puramente como reserva segura.
Sin embargo, cuando esas reservas en GBP finalmente se vendieron, esto provocó una crisis de divisas en el Reino Unido, causando deterioro económico y tasas de interés disparadas. Surge la pregunta: ¿podría EE. UU. enfrentar un escenario similar si China decidiera deshacerse de sus tenencias de deuda estadounidense?
Es esencial considerar que el sistema económico de posguerra exigía que el Reino Unido mantuviera un tipo de cambio fijo, lo que, junto con la ausencia de un sistema de tipo de cambio flexible, resultó en graves repercusiones económicas cuando otras naciones vendieron sus reservas en GBP.
En contraste, el dólar estadounidense opera con un tipo de cambio variable, lo que significa que cualquier venta sustancial de deuda estadounidense o reservas en dólares por parte de cualquier nación provocará ajustes en el equilibrio del comercio internacional. La posible venta de reservas por parte de China podría dirigirse a otra nación o volver a Estados Unidos.
Consecuencias
Las consecuencias de tal desinversión para China serían nefastas, provocando una sobreoferta de dólares estadounidenses, una caída en las cotizaciones del USD y un aumento en la valoración del RMB. Esto, a su vez, elevaría el precio de los productos chinos, erosionando su ventaja de precios competitivos. Tal movimiento por parte de China resultaría económicamente irracional. Si cualquier nación con superávit comercial frente a EE. UU., como China, dejara de comprar bonos del Tesoro de EE. UU. o comenzara a vender sus reservas en divisas, transformaría su superávit comercial en un déficit, un escenario que ninguna economía orientada a las exportaciones desea, pues la dejaría en peor situación.
Las preocupaciones persistentes en torno al creciente volumen de bonos del Tesoro de EE. UU. en manos de China o la posibilidad de que Pekín los venda son infundadas. Incluso en tal escenario, los dólares estadounidenses y los títulos de deuda no desaparecerían; simplemente encontrarían otros repositorios.
Evaluando la perspectiva de riesgo de la deuda estadounidense con China
A pesar del creciente estatus de China como acreedor de EE. UU., la situación puede no ser crítica para Estados Unidos. Como China sufriría consecuencias significativas al vender sus reservas en dólares, es probable que ellos y otras naciones eviten semejantes acciones. Incluso en el caso de que China vendiera estas reservas, Estados Unidos, con su economía de mercado libre, posee la flexibilidad para imprimir dólares adicionales según sea necesario. También pueden emplearse medidas como la flexibilización cuantitativa (QE). Si bien imprimir dólares podría devaluar la moneda y elevar la inflación, al final beneficiaría a la deuda estadounidense al disminuir el valor real del reembolso, lo cual es ventajoso para el deudor (EE. UU.) pero perjudicial para el acreedor (China).
A pesar del creciente déficit presupuestario de EE. UU., la probabilidad de que este país incumpla su deuda sigue siendo mínima, salvo que se tome una decisión política deliberada en ese sentido. En esencia, puede que no sea Estados Unidos el que dependa de las compras continuas de deuda por parte de China, sino más bien China la que dependa de EE. UU. para sostener su prosperidad económica en curso.
Analizando la perspectiva de riesgo de las tenencias chinas de deuda estadounidense
Por el contrario, China se enfrenta a una preocupación significativa al prestar a una nación que tiene la autoridad ilimitada para generar moneda a voluntad. El espectro de una alta inflación en Estados Unidos es motivo de inquietud para China, ya que podría resultar en la disminución del valor real de los reembolsos a China en caso de esas presiones inflacionarias.
Ya sea por elección voluntaria o forzada por las circunstancias, China parece destinada a seguir siendo una compradora activa de instrumentos de deuda estadounidense. Este compromiso continuo está impulsado por la imperiosa necesidad de mantener y sostener su ventaja competitiva en precios en el complejo y altamente competitivo panorama del comercio internacional y las exportaciones.
El enfoque cambiante de China respecto a las tenencias de bonos del Tesoro de EE. UU.: analizando el impacto
La propiedad de bonos del Tesoro de EE. UU. por parte de China alcanzó un período máximo entre 2012 y 2013, superando los 1,3 billones de dólares. Posteriormente, ha habido una reducción gradual en el volumen. A mediados de 2022, las tenencias descendieron por debajo del umbral de 1 billón de dólares por primera vez desde 2010, situándose en aproximadamente 971.000 millones de dólares en el tercer trimestre de 2022.
Contrario a la creencia popular, China no es el mayor tenedor extranjero de deuda estadounidense; Japón ostenta esa distinción, con tenencias cercanas a 1,1 billones de dólares en el tercer trimestre de 2022, según datos del Departamento del Tesoro de EE. UU. La decisión de China de invertir en bonos del Tesoro de EE. UU. se respalda en varias razones sensatas. En primer lugar, los bonos del Tesoro de EE. UU. son reconocidos como uno de los activos más seguros del mundo, proporcionando una inversión estable. En segundo lugar, el dólar estadounidense mantiene su estatus como la principal moneda de reserva mundial en el comercio internacional, lo que permite al banco central chino gestionar eficazmente activos denominados en dólares. Dado el vínculo del tipo de cambio chino con el dólar, tales activos desempeñan un papel crucial en mantener ese anclaje.
No obstante, el factor clave detrás de la acumulación de bonos del Tesoro de EE. UU. por parte de China es su desequilibrio comercial con Estados Unidos. China exporta consistentemente más a EE. UU. de lo que importa, lo que genera un exceso de dólares estadounidenses. No obstante, las empresas chinas y sus trabajadores requieren pagos en la moneda local, el yuan (o renminbi). En consecuencia, el sistema bancario chino debe intercambiar dólares con el banco central, que luego busca una asignación estratégica. Estos dólares se invierten posteriormente en bonos del Tesoro de EE. UU., proporcionando un rendimiento fiable.
El escenario de que China desinvierta repentinamente todas sus tenencias de bonos del Tesoro de EE. UU. es improbable, dada la dificultad económica y el reto de gestionar el exceso de dólares que ello conllevaría. Tal movimiento tendría un impacto inmediato en las tasas de interés de los bonos del Tesoro, ya que una venta a gran escala deprimiría artificialmente sus precios en el mercado de bonos, provocando aumentos en los rendimientos. Sin intervención de la Reserva Federal, se estima que este evento podría elevar los rendimientos de los bonos del Tesoro a largo plazo en 30 a 60 puntos básicos.
Conclusión
Las intrincadas dinámicas entre China y Estados Unidos en el ámbito del financiamiento de la deuda y la interdependencia económica subrayan la complejidad de las relaciones económicas globales. El papel de China como acreedor de EE. UU. suscita inquietudes debido a la capacidad de este último de imprimir moneda ilimitada, lo que potencialmente genera presiones inflacionarias que podrían afectar el valor real de los reembolsos a China. No obstante, la imperiosa necesidad de garantizar la competitividad de precios de sus exportaciones globales obliga a China a continuar con la adquisición de deuda estadounidense. Esta relación matizada subraya la profunda interconexión entre ambas potencias económicas y resalta la importancia de mantener un delicado equilibrio en el panorama financiero global. Mientras el mundo observa, las decisiones que tomen ambas naciones tendrán, sin duda, profundas implicaciones para el futuro de la economía mundial.