Lunes Negro y caídas del mercado
Conceptos básicos
El 19 de octubre de 1987, el mundo financiero fue testigo de un suceso que quedaría grabado en la historia como el Lunes Negro. Este día infame marcó un desplome súbito y severo del mercado de valores, caracterizado por una caída dramática del Dow Jones Industrial Average (DJIA), un índice reconocido que mide el rendimiento del mercado bursátil estadounidense. Con una pérdida de más del 22%, el DJIA sufrió este devastador golpe tras haber registrado dos descensos significativos apenas una semana antes.
Las repercusiones del Lunes Negro se sintieron a nivel mundial, señalando el comienzo de un declive generalizado en los mercados bursátiles. Este día fatídico ocupa una posición infame en los anales de la historia financiera, recordando de forma rotunda la inherente volatilidad y vulnerabilidad de estos mercados.
La magnitud del desplome se ejemplificó por el abrumador volumen de negociación observado en las bolsas. Fue tal la avalancha de actividad que las computadoras de la época no estaban preparadas para manejar el repentino incremento, dejando órdenes sin ejecutar durante horas e impidiendo la transferencia oportuna de fondos significativos.
No es de extrañar que un colapso de esta naturaleza repercutiera inevitablemente en los mercados de futuros y opciones. Su impacto se extendió mucho más allá de las fronteras de Estados Unidos, afectando profundamente a los mercados globales. Al terminar ese mismo mes, la mayoría de los principales índices mundiales habían experimentado descensos pronunciados de entre el 20% y el 30%.
Si bien el término "Lunes Negro" hace referencia predominantemente al desplome de 1987, también ha llegado a abarcar otros colapsos catastróficos del mercado que se han producido desde entonces. Esta terminología sirve como recordatorio de las graves consecuencias que pueden acompañar a tales perturbaciones profundas en el ámbito financiero.
¿Qué causa los desplomes del mercado?
Las causas detrás de los desplomes bursátiles suelen ser multifacéticas, y no se reducen a una única explicación. Curiosamente, el desplome de 1987 ocurrió sin un gran acontecimiento noticioso previo. En su lugar, fue la convergencia de varios factores lo que, al combinarse, generó un ambiente de pánico e incertidumbre. Entonces, ¿cuáles fueron esos factores influyentes?
En primer lugar destacó la aparición de los sistemas de negociación automatizados. En el pasado, los mercados bursátiles eran espacios bulliciosos donde los operadores intercambiaban activos directamente en el parqué de la bolsa. Sin embargo, durante los años 80 se produjo un notable desplazamiento hacia la dependencia de software informático para facilitar las operaciones. Esta transición inauguró una nueva era de trading acelerado, con sistemas capaces de ejecutar miles de órdenes en segundos. En consecuencia, estos avances intensificaron la velocidad de las fluctuaciones de precios. Hoy en día, la introducción de bots de trading ha llevado esta velocidad a niveles sin precedentes, permitiendo que billones de dólares se muevan en cuestión de segundos tras un hecho inesperado.
Otros factores, como el déficit comercial de Estados Unidos, las tensiones internacionales y diversas circunstancias geopolíticas, también han sido implicados como causas subyacentes. Además, el creciente impacto de los medios de comunicación exacerbó la magnitud y la severidad del evento.
No obstante, es importante reconocer que, aunque estos factores pudieron haber contribuido a precipitar el desplome, en última instancia fue la toma de decisiones humanas la que modeló su curso. La psicología del mercado asume un papel destacado en los episodios de ventas masivas, con frecuencia impulsadas por el pánico colectivo.
¿Qué es un "circuit breaker"?
Tras los sucesos del Lunes Negro, la Securities and Exchange Commission (SEC) de Estados Unidos implementó con rapidez una serie de medidas destinadas a prevenir o, al menos, mitigar la repetición de eventos similares en el futuro. Una de estas medidas regulatorias, conocida como "circuit breaker", actúa como un salvaguarda al detener la negociación cuando se superan ciertos umbrales porcentuales preestablecidos respecto al precio de apertura del día. Aunque nuestro enfoque principal es Estados Unidos, cabe señalar que los "circuit breakers" han sido adoptados en numerosos otros mercados también.
Los "circuit breakers" son aplicables a índices principales como el Dow Jones Industrial Average (DJIA) o el S&P 500, así como a valores individuales. Ahora, examinemos el funcionamiento operativo de estos mecanismos. Cuando el S&P 500 experimenta una caída superior al 7% en una sola jornada, se activa un "circuit breaker" de Nivel 1, deteniendo la negociación durante 15 minutos. Una vez concluida esta breve pausa, la negociación se reanuda. Sin embargo, si el mercado continúa descendiendo y llega a una pérdida del 13% desde la apertura diaria, entra en vigor un "circuit breaker" de Nivel 2. De nuevo, se produce una suspensión de 15 minutos, ofreciendo un respiro temporal. Finalmente, si el mercado sufre una caída pronunciada que suponga una pérdida del 20% desde la apertura, se aplica el "circuit breaker" de Nivel 3. En este caso, la negociación queda suspendida por el resto de la jornada, permitiendo a los participantes del mercado reagruparse y reevaluar la situación.
La implementación de los "circuit breakers" sirve como un mecanismo crítico para proteger la estabilidad del mercado y limitar el potencial de desplomes catastróficos. Al imponer pausas temporales en la negociación durante periodos de elevada volatilidad, estas medidas brindan la oportunidad a los participantes de asimilar información, tomar decisiones informadas y ayudar a mitigar la severidad de posibles perturbaciones del mercado.
Ventajas y desventajas de los "circuit breakers"
El uso de "circuit breakers" ha generado tanto apoyo como oposición, con defensores que subrayan su eficacia para evitar caídas bruscas y críticos que expresan preocupaciones sobre su impacto.
Los detractores sostienen que los "circuit breakers" pueden perjudicar los mercados, agravando la severidad de los desplomes. Este argumento parte de que dichos umbrales porcentuales preestablecidos, al ser de conocimiento público, pueden influir en la colocación de órdenes y reducir artificialmente los niveles de liquidez en el libro de órdenes en puntos de precio concretos. La reducción de liquidez puede potencialmente amplificar la volatilidad, ya que podría no existir suficiente demanda para absorber un aumento inesperado de la oferta. Los críticos afirman que los mercados serían más proclives a encontrar un equilibrio natural sin que los "circuit breakers" afecten las zonas de liquidez.
En el contexto de índices de mercado globales como el S&P 500, vale la pena señalar que los "circuit breakers" solo se activan en respuesta a movimientos bajistas. Por el contrario, para valores individuales, los "circuit breakers" pueden activarse tanto en movimientos alcistas como bajistas.
Estrategias eficaces para prepararse ante desplomes
Inevitablemente, los desplomes forman parte inherente de la dinámica del mercado y de la psicología de masas. No obstante, adoptar medidas proactivas para prepararse ante tales caídas puede ayudar a mitigar su impacto. Entonces, ¿cómo puede uno navegar los posibles peligros de un desplome del mercado?
En primer lugar, es crucial establecer un plan de inversión bien definido o una estrategia de trading integral. Durante un desplome, cuando muchos inversores venden impulsados por el pánico, resulta primordial mantener la calma y la racionalidad, evitando decisiones movidas por la emocionalidad. Un plan de inversión a largo plazo o una estrategia de trading actúa como marco orientador que desincentiva acciones impulsivas.
Además, implementar una estrategia de stop-loss es imprescindible. Proteger la parte baja es esencial para los traders de corto plazo, pero curiosamente es una práctica menos común entre los inversores a largo plazo. Incluso si una orden stop-loss permite fluctuaciones de precio mayores, puede proteger frente a pérdidas significativas durante un desplome devastador.
Cabe señalar que la evidencia histórica muestra que los desplomes globales suelen ser episodios temporales. Aunque los periodos de recesión económica pueden extenderse varios años, los mercados tienden a recuperarse con el tiempo. Al adoptar una perspectiva amplia, resulta evidente que la economía global ha mostrado crecimiento sostenido a lo largo de siglos, y estas correcciones actúan como retrocesos temporales.
Sin embargo, es esencial reconocer que esta observación no se aplica necesariamente a los mercados de criptomonedas. La industria blockchain y las criptomonedas, como clase de activo volátil, conllevan riesgos inherentes. En consecuencia, los desplomes severos pueden tener ramificaciones duraderas, y algunos criptoactivos podrían no recuperar su valor previo después de eventos tan tumultuosos.
Otros Lunes Negros notables
28 de octubre de 1929
Los desplomes bursátiles de los años 30 precedieron a la Gran Depresión. El colapso de 1929 es el peor hasta la fecha si se observan sus consecuencias a largo plazo sobre la economía.
29 de septiembre de 2008
Los mercados comenzaron a caer una vez que estalló la burbuja inmobiliaria en Estados Unidos. Esto provocó finalmente la Gran Recesión a finales de los 2000 y principios de los 2010.
9 de marzo de 2020
El brote de coronavirus y una guerra de precios del petróleo causaron el peor día del mercado estadounidense desde la Gran Recesión. En su momento fue la mayor caída diaria desde 2008.
16 de marzo de 2020
Aumentaron las preocupaciones sobre los posibles impactos económicos de la pandemia de coronavirus. Como resultado, el mercado estadounidense cayó más ese día que durante el colapso una semana antes. Esta jornada puede considerarse el punto culminante del shock inicial provocado por el impacto del coronavirus en la bolsa.
Conclusión
El Lunes Negro de 1987 permanece grabado en la historia como un desplome significativo y severo del mercado. Curiosamente, el término "Lunes Negro" no es exclusivo de ese evento, sino que también se emplea para describir otros colapsos bursátiles relevantes, incluidos los de 1929, 2008 y 2020.
En respuesta al impacto del Lunes Negro, se introdujeron medidas regulatorias destinadas a abordar los riesgos asociados con caídas súbitas del mercado de valores. El "circuit breaker" destaca como un mecanismo altamente influyente y polémico entre estas medidas. Los "circuit breakers" buscan mitigar los efectos de los "flash crashes" deteniendo la negociación cuando se alcanzan umbrales de pérdida porcentual predefinidos.
Para prepararse ante la inevitabilidad de los desplomes, es prudente contemplar distintos escenarios y diseñar un plan de inversión o estrategia de trading sólido. Enfatizar la gestión del riesgo, la diversificación de la cartera y comprender la psicología del mercado puede ser esencial para protegerse frente a pérdidas importantes durante desplomes. Adoptando estas medidas, los inversores pueden navegar con mayor eficacia en periodos turbulentos.