¿Qué es Basilea III?
Introducido en 2009, Basilea III es un acuerdo regulatorio global que busca reducir el riesgo en el sector bancario. Obliga a los bancos a mantener ratios de apalancamiento y niveles de capital de reserva específicos. El proceso de implementación continúa hasta 2022.
Conceptos básicos
Concebido como un salto transformador para fortalecer la regulación bancaria, Basilea III fue presentado en 2009 por un consorcio de bancos centrales de 28 países. Este acuerdo regulatorio, nacido tras la crisis financiera de 2007-2008 y la recesión posterior, tiene como objetivo mejorar la supervisión, la gestión del riesgo y la regulación del sector bancario. A fecha de 2022, el proceso de implementación aún está en curso, marcando un avance progresivo hacia un marco regulatorio bancario más sólido.
Basilea III: fortaleciendo la regulación bancaria global
En respuesta a la crisis financiera de 2007-2008, el Comité de Supervisión Bancaria de Basilea, que representa a bancos centrales de 28 países y tiene su sede en Basilea, Suiza, presentó Basilea III. Este Tercer Acuerdo de Basilea pretende abordar los problemas de sobreapalancamiento y subcapitalización que surgieron durante la crisis, construyendo sobre las bases de Basilea I y Basilea II y reforzando el marco regulatorio bancario global iniciado en 1975. Al promover la resistencia ante tensiones financieras, una mejor gestión del riesgo y mayor transparencia, Basilea III busca fortalecer a los bancos frente a shocks y proteger la economía global. Aunque inicialmente se contempló una implementación voluntaria para 2015, la fecha límite se ha pospuesto en varias ocasiones, y el objetivo actual es el 1 de enero de 2023.
Requisitos mínimos de capital: comprender Basilea III
Basilea III, un marco regulatorio significativo para los bancos, clasifica el capital en dos niveles distintos con calidades diferentes. El Nivel 1 comprende el capital principal y las reservas reveladas en los estados financieros, proporcionando un colchón para absorber pérdidas y asegurar la continuidad operativa en situaciones de estrés.
Por otro lado, el Nivel 2 consta de capital suplementario, incluidas reservas no reveladas y instrumentos de deuda subordinada no garantizados. Mientras que el capital de Nivel 1 se considera más seguro y líquido, el Nivel 2 sirve como recurso complementario.
El capital total de un banco se determina por la combinación de ambos niveles. Basilea III exige que los bancos mantengan una ratio mínima de capital total del 8% de los activos ponderados por riesgo (RWA), de los cuales al menos el 6% debe ser capital de Nivel 1. La porción restante puede cubrirse con capital de Nivel 2. Notablemente, Basilea III incrementó la porción requerida de capital de Nivel 1 del 4% al 6%, mientras que Basilea II también exigía una ratio mínima de capital total del 8% sin especificar la composición del Nivel 1. Además, Basilea III eliminó el Nivel 3, una forma de capital aún más arriesgada, del cálculo. Estos cambios buscan reforzar el sector bancario y aumentar su resiliencia frente a posibles riesgos.
Fortalecimiento de los bancos: colchones de capital según Basilea III
Para aumentar la resiliencia del sector bancario, Basilea III introdujo colchones de capital contracíclicos —una reserva adicional, similar a un fondo para días difíciles para los bancos. Estos colchones, que van del 0% al 2,5% de los activos ponderados por riesgo (RWA) de un banco, pueden ser aplicados durante expansiones económicas. De este modo, los bancos estarán mejor preparados con suficiente capital durante desaceleraciones económicas, como recesiones, para compensar posibles pérdidas.
Combinando los requisitos mínimos de capital y los colchones, los bancos pueden necesitar mantener reservas de hasta el 10,5%. Además, estos colchones contracíclicos deben componerse exclusivamente de activos de Nivel 1, garantizando una base financiera más robusta.
La salvaguarda de Basilea III: medidas de apalancamiento y liquidez
Basilea III introdujo requisitos clave de apalancamiento y liquidez para proteger contra préstamos riesgosos y asegurar suficiente liquidez durante turbulencias financieras. Para los bancos globalmente sistémicos, se estableció una ratio de apalancamiento, calculada como el capital de Nivel 1 dividido por el total de activos, con un requisito mínimo del 3%.
El marco también implementó normas relacionadas con la liquidez, incluida la ratio de cobertura de liquidez, que exige que los bancos posean activos líquidos de alta calidad (HQLA) suficientes para resistir un periodo de estrés de liquidez de 30 días sin pérdida significativa de valor.
Además, la ratio de financiación estable neta (NSF) compara la financiación estable disponible de un banco con la financiación estable requerida en función de la liquidez, los vencimientos y el riesgo de los activos. Los bancos deben mantener una ratio NSF de al menos el 100%, lo que les incentiva a usar fuentes de financiación más estables y evitar depender de financiación mayorista a corto plazo.
Basilea III: revolucionando la banca global
Basilea III, la última iteración de los Acuerdos de Basilea, pretende mejorar la regulación, la supervisión y la gestión del riesgo en el sector bancario internacional. Aborda las deficiencias expuestas durante la crisis financiera de 2007-2008, causadas por las limitaciones de Basilea I y Basilea II.
Algunas partes de Basilea III ya se han implementado en países específicos, mientras que el resto está programado para entrar en vigor el 1 de enero de 2023, con un enfoque gradual a lo largo de cinco años.
Conclusión
Como el tercero de la serie de Acuerdos de Basilea, Basilea III fue elaborado por el Comité de Supervisión Bancaria de Basilea, que reúne a bancos centrales de todo el mundo, incluida la Reserva Federal de Estados Unidos. Con el objetivo de corregir las lagunas regulatorias expuestas durante la crisis financiera de 2007-2008, Basilea III está previsto que alcance su plena implementación para 2028.