¿Qué es el Capítulo 7?
Navegar por la bancarrota requiere una comprensión clara de sus implicaciones. El proceso de liquidación de activos corresponde al Capítulo 7 del Título 11 del código de bancarrotas de EE. UU. Este capítulo nombra a un síndico de bancarrota responsable de vender los activos no exentos para satisfacer las reclamaciones de los acreedores. Una vez utilizados los ingresos, cualquier deuda restante queda extinguida. Para calificar para el Capítulo 7, el deudor no debe haber recibido una descarga bajo el Capítulo 7 en los últimos ocho años y debe aprobar una prueba de medios. Esta forma particular de bancarrota suele denominarse "directa" o de "liquidación".
Conceptos básicos
En la bancarrota del Capítulo 7, el enfoque principal es saldar las deudas mediante la liquidación de activos. El orden de pago sigue una jerarquía: las deudas no garantizadas con prioridad tienen preferencia, seguidas por las deudas garantizadas y, finalmente, las deudas no prioritarias no garantizadas.
El proceso de presentar una solicitud de bancarrota bajo el Capítulo 7 implica completar los formularios necesarios y someter los activos a revisión por el síndico designado. A través de este procedimiento bien estructurado, los acreedores se pagan según su prioridad de deuda, lo que permite a las personas abordar sus dificultades financieras de manera efectiva.
Priorización de deudas en el Capítulo 7
En la bancarrota del Capítulo 7, las deudas se rigen por la regla de prioridad absoluta, que establece su orden de pago. Las deudas no garantizadas se clasifican en categorías, y cada clase recibe prioridad de pago. La deuda garantizada, respaldada por garantías para mitigar el riesgo crediticio, viene después, como una hipoteca.
Las primeras deudas que se pagan son las deudas no garantizadas con prioridad. Estas incluyen deudas fiscales, manutención infantil y reclamaciones por daños personales contra el deudor. Después de eso, se liquidan las deudas garantizadas. Por último, cualquier fondo restante de la liquidación de activos se utiliza para saldar las deudas no prioritarias no garantizadas. Si no hay fondos suficientes, las deudas se distribuyen proporcionalmente entre los acreedores.
Navegando la bancarrota: una visión paso a paso
Consejería y formularios
Antes de iniciar el Capítulo 7, los solicitantes deben recibir asesoramiento crediticio dentro de los seis meses previos a la presentación. Este requisito de asesoramiento puede ser eximido en ciertas circunstancias o si no hay una agencia aprobada disponible en el distrito.
El solicitante inicia el proceso completando los formularios esenciales, incluida una petición ante el tribunal. Estos formularios proporcionan información personal detallada, cubriendo las finanzas del deudor, activos, acreedores, ingresos y gastos. Una vez presentada la petición, entra en vigor una suspensión automática que impide a los acreedores cobrar las deudas y detiene las deducciones de ingresos.
Nombramiento del síndico y reunión de acreedores
Un síndico neutral es designado por el tribunal de bancarrotas para supervisar todo el proceso. El síndico revisa los activos del deudor y determina cuáles pueden ser liquidados para pagar a los acreedores. Posteriormente, se programan reuniones con los acreedores para confirmar la validez de la petición y evaluar la situación financiera del deudor. Estas reuniones, conocidas como "reunión de acreedores", permiten a los acreedores interactuar con el síndico y formular preguntas pertinentes.
Pago de deudas
El síndico de bancarrota revisa minuciosamente los activos personales y la situación financiera del deudor. La propiedad exenta, considerada necesaria para mantener un nivel básico de vida, permanece con el deudor. La propiedad no exenta, sin embargo, se confisca y se liquida para satisfacer a los acreedores. Las exenciones de propiedad varían según el estado, pero en muchos casos los deudores pueden conservar su vivienda principal, pertenencias personales y automóvil. El síndico supervisa la liquidación de toda otra propiedad no exenta.
Descarga de la deuda restante
La bancarrota del Capítulo 7 suele resultar en la descarga de la mayoría de las deudas. Esta descarga libera al deudor de la responsabilidad personal de pago, impidiendo que los acreedores busquen restitución futura. Sin embargo, ciertas deudas, como pensión alimenticia, manutención infantil, algunas deudas gubernamentales, impuestos sobre la renta y préstamos estudiantiles federales, no son elegibles para ser liberadas en la bancarrota. La descarga de obligaciones por impuestos sobre la renta y préstamos estudiantiles está regulada por normas estrictas, y el Código de Bancarrotas de los Estados Unidos define 19 categorías de deudas no descargables.
En la mayoría de los casos, los solicitantes reciben su descarga aproximadamente dos meses después de la reunión de acreedores. A lo largo del proceso de bancarrota, se sigue cada paso con cuidado para garantizar una resolución justa y equitativa tanto para el deudor como para los acreedores involucrados.
Conclusión
La bancarrota es una decisión de gran peso, y los deudores deben evaluar cuidadosamente su idoneidad para su situación debido a sus importantes repercusiones. Después de la descarga, los acreedores podrían intentar aún cobrar las deudas, aunque no tengan derecho a hacerlo (por lo tanto, conservar los documentos de bancarrota es crucial para evitar duplicados costosos). El registro de la bancarrota permanece en los informes de crédito durante diez años desde la fecha de presentación, afectando gravemente las posibilidades de obtener préstamos. Además, las personas no pueden solicitar otra descarga del Capítulo 7 dentro de los ocho años posteriores a una anterior. La prudencia financiera es vital después de someterse a una bancarrota del Capítulo 7 para asegurar un futuro estable.