¿Qué es la Ley de Control del Presupuesto (BCA)?
La Ley de Control del Presupuesto (BCA) se estableció para permitir que Estados Unidos aumentara su límite legal de deuda mientras implementaba simultáneamente una reducción del gasto. En 2011, Estados Unidos afrontó una crisis del techo de la deuda que podría haber resultado en el impago de la deuda nacional. Esto llevó al Congreso a implementar la BCA como una medida para abordar la situación. Según la Ley de Control del Presupuesto, el techo de la deuda se incrementó en $2,1 billones y se exigieron recortes de gasto por $1,5 billones durante un periodo de 10 años. En caso de que no se ejecutaran las reducciones predeterminadas, comenzaría automáticamente un proceso conocido como sequestración para imponer recortes uniformes en el gasto gubernamental.
Fundamentos
En 2011, el presidente Barack Obama firmó la Ley de Control del Presupuesto, una ley federal clave aprobada por el Congreso para hacer frente a la crisis del techo de la deuda. Esta ley tenía como objetivo elevar el techo de la deuda de Estados Unidos, evitando efectivamente el riesgo inminente de un impago soberano, que amenazaba alrededor del 3 de agosto de 2011.
Además, la BCA introdujo un plan estratégico para la reducción del déficit. Durante los ejercicios fiscales 2012 a 2021, aplicó medidas para recortar el déficit en al menos $1,2 billones. Este enfoque integral aseguró una postura proactiva para enfrentar los desafíos fiscales y salvaguardar la estabilidad financiera del país.
Desmitificando el impacto de la Ley de Control del Presupuesto (BCA)
Durante más de un siglo, Estados Unidos ha mantenido un techo de deuda federal, un límite legal de endeudamiento establecido por primera vez en 1917. Esta salvaguarda esencial impide que el país supere su capacidad de endeudamiento. Sin embargo, si EE. UU. superara este límite, las repercusiones podrían ser graves.
No abordar el límite de deuda resultaría en la suspensión de la emisión de deuda, abriendo la posibilidad de un incumplimiento en los pagos de intereses a los acreedores. Las implicaciones de largo alcance abarcarían pagos tardíos, parciales o perdidos a beneficiarios esenciales como pensionistas federales, perceptores de la Seguridad Social y beneficiarios de Medicare. Además, un problema apremiante sería la carga de mayores tasas de interés en el endeudamiento federal futuro. Son necesarias medidas proactivas para prevenir tales escenarios y mantener la estabilidad fiscal del país.
La crisis del techo de la deuda de 2011 y sus consecuencias
En 2011, Estados Unidos afrontó una importante crisis del techo de la deuda, peligrosamente cerca del impago. Para resolver este problema, se promulgó rápidamente la Ley de Control del Presupuesto, elevando el techo de la deuda en $400.000 millones. En consecuencia, el límite de gasto para el ejercicio fiscal 2013 se fijó en $1,047 billones.
La BCA creó un supercomité encargado de idear medidas para recortar $1,5 billones en gasto durante una década. Si el comité no lograba proponer estos recortes antes de finales de 2012, los recortes automáticos —conocidos como sequestración— entrarían en vigor en enero de 2013.
Lamentablemente, el supercomité no presentó una propuesta, lo que provocó la puesta en marcha de la sequestración para evitar un precipicio fiscal. Como resultado, los recortes presupuestarios continuaron hasta 2021, reduciendo el gasto discrecional en un total de $109,3 millardos. Aunque las reducciones fueron generalizadas, ciertos programas como Asistencia Temporal para Familias Necesitadas (TANF) y el Programa Suplementario de Asistencia Nutricional (SNAP) fueron exentos.
Legislación posterior mantuvo los recortes hasta 2031, conservando los porcentajes de 2021. Afortunadamente, según el informe de la Office of Management and Budget, la sequestración no fue necesaria entre 2016 y 2021.
A pesar de estas medidas, el gasto gubernamental y la deuda nacional siguen siendo preocupaciones urgentes. La Congressional Budget Office proyecta un déficit federal sustancial de $1,4 billones en 2023 y un déficit acumulado de $3,1 billones hasta 2032. La vigilancia continua y la responsabilidad fiscal son imprescindibles para afrontar estos desafíos con eficacia.
Conclusión
En medio de la crisis del techo de la deuda de 2011, la Ley de Control del Presupuesto surgió como una respuesta estratégica. Esta ley facilitó un aumento del techo de la deuda y encomendó a un supercomité la tarea de identificar $1,5 billones en reducciones de gasto.
Para garantizar la responsabilidad, la Ley de Control del Presupuesto introdujo la sequestración, un mecanismo que activaría recortes uniformes si no se cumplían los objetivos del comité. Incluso hoy, algunas reducciones de gasto derivadas de esta ley permanecen vigentes, con ciertos recortes proyectados hasta 2032.