¿Qué es la pérdida de datos y cómo prevenirla?
La pérdida de datos se refiere a la pérdida de información crucial o sensible que se ha almacenado en un ordenador o en una red. Existen diversos factores externos que pueden causar la pérdida de datos, incluidos los cortes de energía, los robos y los ataques de phishing que apuntan a un gran grupo de personas. Los datos también pueden perderse por errores humanos, como abrir un correo con un virus, tener el antivirus caducado o daños accidentales en el equipo, como dejarlo caer o derramar un líquido sobre él. Para proteger su negocio, las empresas pueden implementar medidas de prevención de pérdida de datos en su software y establecer directrices para que su personal acceda y comparta los documentos de la empresa de forma segura. Para protegerse a nivel personal, es importante mantener la protección contra virus y malware actualizada y evitar abrir correos de remitentes desconocidos.
Conceptos básicos
La pérdida de datos es un problema grave que surge cuando la información esencial o sensible almacenada en un ordenador se ve comprometida. Esto puede deberse a diversos factores, como robo, errores humanos, malware, virus, fallos de energía, daños físicos o mal funcionamiento del equipo.
Numerosos factores contribuyen a los incidentes de pérdida de datos, incluidos el robo de portátiles, la eliminación o sobrescritura accidental de archivos, las interrupciones de energía, los derrames de líquidos y la avería o deterioro repentino del disco duro. Las copias de seguridad periódicas de los archivos son esenciales para mitigar las consecuencias de la pérdida de datos, ya que permiten recuperar la información en caso de estos incidentes. Sin embargo, para los datos que no se han respaldado, los servicios profesionales de recuperación de datos pueden ofrecer una posibilidad de restaurar la información perdida.
Es importante señalar que la pérdida de datos no se limita a ordenadores y dispositivos individuales; los servidores también son susceptibles a este tipo de sucesos.
¿Qué es la pérdida de datos?
En la prevención de la pérdida de datos, es fundamental comprender las fuentes de infecciones por virus informáticos y malware. Entre los culpables más habituales se encuentran las técnicas de ingeniería social y los ataques de phishing, que explotan vulnerabilidades y comprometen la integridad de los datos. Estos ataques incluso pueden cifrar información valiosa y exigir un rescate para su liberación. Aunque el software antivirus puede ofrecer protección frente a vulnerabilidades de software, puede no ser totalmente eficaz contra el phishing y los ataques de ingeniería social.
Para fortalecer la defensa frente a estas amenazas, resulta imprescindible sensibilizar y formar a las personas sobre las particularidades de estas actividades maliciosas. Fomentando una cultura de precaución, los usuarios pueden reducir significativamente sus probabilidades de convertirse en víctimas. Esto incluye actuar con discreción al interactuar con enlaces en correos electrónicos y al descargar adjuntos, ya que estas acciones pueden servir como puertas de entrada a la pérdida de datos.
Fomentando una mentalidad vigilante y dotando a las personas del conocimiento necesario para identificar y frustrar amenazas potenciales, podemos proteger eficazmente la información valiosa para que no caiga en manos equivocadas.
Pérdida de datos: causas comunes
La pérdida de datos puede producirse por diversos canales, cada uno de los cuales representa una amenaza distinta para la información valiosa. Las subidas y cortes de tensión suponen un riesgo importante, ya que los apagones súbitos pueden corromper archivos y dejar los equipos inoperativos. Para evitar tales complicaciones, es esencial seguir procedimientos adecuados de apagado durante las interrupciones de energía.
Los derrames de líquidos, especialmente sustancias ácidas o azucaradas, pueden filtrarse en los teclados de los portátiles y causar daños irreparables en los componentes internos. Para prevenir incidentes relacionados con líquidos, es recomendable mantener las bebidas lejos de los portátiles o usar vasos de viaje a prueba de derrames.
Las fallas mecánicas de los discos duros pueden producirse por desgaste, sobrecalentamiento, descargas electrostáticas o caídas accidentales. Además, la corrupción de archivos, el formateo inadecuado de la unidad o fallos de software pueden provocar averías. Estas fallas pueden ocurrir de forma repentina o manifestarse gradualmente mediante síntomas como reinicios repetidos, rendimiento lento o ruidos inusuales.
Protegerse frente a este tipo de pérdida de datos requiere realizar copias de seguridad periódicas. Al crear duplicados de los datos del disco duro, las personas pueden mitigar los riesgos asociados a estos escenarios. Por ejemplo, se puede optar por respaldar los archivos personales de un ordenador de sobremesa tanto en un disco duro externo como en una solución de almacenamiento en la nube. Esta estrategia de redundancia, distribuida en diferentes plataformas, refuerza la resiliencia y reduce la probabilidad de una pérdida irreversible de información.
Pérdida de datos: el factor humano
En el ámbito de la protección de datos, una de las principales preocupaciones para las empresas es mitigar los riesgos derivados de sus propios empleados. Es crucial que las compañías establezcan medidas que regulen el intercambio, uso, almacenamiento y transmisión de documentos empresariales a través de diversas plataformas, incluidos los adjuntos de correo electrónico, los smartphones, los portátiles, las unidades USB y el almacenamiento en la nube. Esto garantiza una protección integral frente a la pérdida de datos.
Proteger los datos tiene una enorme relevancia para las organizaciones, ya que preserva la privacidad, protege la propiedad intelectual y asegura el cumplimiento de las normativas gubernamentales. Para reforzar sus defensas, las empresas pueden aprovechar las funciones de prevención de pérdida de datos (DLP) integradas en el software de proveedores reconocidos como Google y Microsoft. Además, existen suites completas de prevención de pérdida de datos ofrecidas por líderes del sector como Clearswift, Symantec, Digital Guardian, Forcepoint, McAfee y otros.
Al implementar estrategias sólidas y utilizar herramientas avanzadas, las empresas pueden abordar proactivamente las vulnerabilidades internas y fortalecer su marco de protección de datos.
Conclusión
La pérdida de datos es un desafío persistente y multifacético que empresas e individuos deben afrontar en el panorama digital actual. Ya sea causada por factores externos como cortes de energía, robos o ataques de phishing, o por riesgos internos como errores humanos y fallos de hardware, las consecuencias de la pérdida de datos pueden ser graves. Para mitigar estos riesgos, es crucial adoptar medidas preventivas como copias de seguridad regulares, software antivirus actualizado y formación de empleados.
Para las empresas, implementar medidas de prevención de pérdida de datos y aprovechar soluciones de software de proveedores de confianza puede mejorar significativamente la defensa contra fugas y accesos no autorizados. Además, fomentar una cultura de seguridad entre los empleados, que incluya la precaución al manejar correos electrónicos y el cumplimiento de prácticas seguras para el intercambio de datos, es vital para proteger la información sensible.
A nivel individual, mantener prácticas sólidas de ciberseguridad, como mantener el antivirus actualizado y abstenerse de abrir correos sospechosos, es esencial para minimizar el riesgo de pérdida de datos y proteger la privacidad personal.
Permaneciendo vigilantes, proactivos e informados sobre las amenazas en evolución y las medidas preventivas, podemos salvaguardar colectivamente los datos valiosos y preservar la integridad y confidencialidad de la información en un mundo cada vez más digital.