Revelando el pasado de las agencias de calificación crediticia
Las calificaciones crediticias son herramientas valiosas tanto para inversores minoristas como institucionales, ayudándoles a evaluar la capacidad de los emisores de bonos y proveedores de instrumentos de deuda para cumplir sus obligaciones. Las agencias de calificación crediticia (CRAs) desempeñan un papel significativo en este proceso al emitir calificaciones en forma de letras y proporcionar análisis independientes de empresas y países emisores de dichos valores. Exploremos la historia de estas calificaciones y agencias en EE. UU., que se han expandido para asistir a inversores a nivel global.
Conceptos básicos
Las agencias de calificación crediticia ofrecen información crucial a los inversores sobre la capacidad de pago de emisores de bonos y deuda. También proporcionan datos valiosos sobre la deuda soberana de los países. La industria está concentrada en tres agencias principales: Moody's, Standard & Poor's y Fitch. Existen regulaciones, como el Credit Rating Agency Reform Act de 2006, que supervisan sus procesos internos, conservación de registros y prácticas comerciales. Debido a su implicación en la crisis financiera y la Gran Recesión, estas agencias enfrentaron un intenso escrutinio y presión regulatoria.
Decodificando las calificaciones crediticias: evaluaciones soberanas y de deuda
Las calificaciones crediticias soberanas miden la solvencia de un país, considerando condiciones económicas, inversión extranjera, estabilidad política y otros factores. Los inversores institucionales confían en estas calificaciones para valorar oportunidades de inversión. De forma similar, se asignan calificaciones a empresas y valores específicos, analizando obligaciones a corto y largo plazo. Estas evaluaciones ayudan a los inversores a tomar decisiones informadas sobre diversas opciones de inversión.
Actores dominantes en la calificación crediticia
En la industria de calificación crediticia, tres agencias principales —Moody's, Standard & Poor's y Fitch— controlan una parte significativa del mercado. Su papel fundamental es ofrecer información fiable y precisa a prestatarios y prestamistas sobre los riesgos asociados a tipos concretos de deuda, fomentando la confianza en el mercado.
Fitch: una agencia líder de calificación crediticia
Como una de las tres principales agencias globales de calificación, Fitch tiene operaciones en Nueva York y Londres. Evalúa la deuda de las empresas y su susceptibilidad a factores como cambios en las tasas de interés. Además, los países solicitan evaluaciones a Fitch y a otras agencias para valorar su situación financiera, estabilidad política y condiciones económicas.
Las calificaciones de grado de inversión de Fitch van desde AAA hasta BBB, lo que indica un riesgo mínimo o bajo de impago. Por otra parte, las calificaciones no invertibles van de BB a D, siendo D indicativo del impago del deudor.
El trayecto de Fitch: de publicaciones pioneras a agencia global
Fitch Publishing Company, fundada por John Knowles Fitch en 1913, ofreció estadísticas financieras esenciales mediante "The Fitch Stock and Bond Manual" y "The Fitch Bond Book" para la industria de inversión.
En 1923, Fitch introdujo el pionero sistema de calificaciones AAA a D, que más tarde se convirtió en el estándar de la industria.
A finales de la década de 1990, Fitch inició su misión de convertirse en una agencia de calificación global integral. Se fusionó con IBCA de Londres, una filial de Fimalac, una sociedad holding francesa. Además, Fitch adquirió competidores del mercado como Thomson BankWatch y Duff & Phelps Credit Ratings.
A partir de 2005, Fitch amplió sus operaciones, estableciendo filiales especializadas en gestión de riesgo empresarial, servicios de datos y formación para la industria financiera. Esta expansión comenzó con la adquisición de Algorithmics, una compañía canadiense, lo que llevó a la creación de Fitch Solutions y Fitch Training (ahora Fitch Learning).
El mundo de Moody's: evaluando grados de deuda
Moody's Investors Service emplea un enfoque único para asignar calificaciones en letras a la deuda de países y empresas. La deuda de grado de inversión abarca desde la calificación más alta, Aaa, hasta Baa3, indicando la capacidad del deudor para reembolsar deuda a corto plazo. La deuda de grado especulativo, conocida como high-yield o "junk", se sitúa por debajo del grado de inversión y va de Ba1 a C, con la probabilidad de reembolso disminuyendo conforme baja la calificación.
Moody's Investors Service: un recorrido histórico
En 1900, John Moody and Company presentó "Moody's Manual", ofreciendo estadísticas vitales y datos generales sobre acciones y bonos de diversas industrias. El manual se convirtió en una publicación nacional hasta el colapso bursátil de 1907. En 1909, Moody amplió su alcance con "Moody's Analyses of Railroad Investments", que proporcionó información analítica sobre el valor de los valores. Esto sentó las bases de Moody's Investors Service en 1914, ofreciendo calificaciones para numerosos mercados de bonos gubernamentales. Durante la siguiente década, Moody's amplió significativamente sus servicios. Para la década de 1970, incursionó en la calificación de papel comercial y depósitos bancarios, evolucionando hasta convertirse en la destacada agencia de calificación que es hoy.
Standard & Poor's: definiendo las calificaciones de deuda
Standard & Poor's (S&P) evalúa la deuda corporativa y soberana utilizando 17 calificaciones diferentes. La deuda clasificada desde AAA hasta BBB- pertenece a la categoría de grado de inversión, lo que indica una fuerte capacidad de reembolso. Las calificaciones de BB+ a D se etiquetan como especulativas, lo que señala un mayor riesgo de impago, siendo D la calificación más baja.
Evolución de Standard & Poor's
En 1860, Henry Varnum Poor presentó la "History of Railroads and Canals in the United States", sentando las bases para el análisis de valores futuro. Standard Statistics surgió en 1906, publicando calificaciones para bonos corporativos, soberanos y municipales. En 1941, se fusionó con Poor's Publishing para convertirse en Standard and Poor's Corporation. En 1966, The McGraw-Hill Companies adquirió Standard and Poor's. Hoy es conocida por su índice S&P 500, una herramienta vital para inversores y un indicador económico de EE. UU.
Evolución de las Nationally Recognized Statistical Rating Organizations (NRSROs)
En la década de 1970, la industria de calificación crediticia experimentó cambios significativos. Las agencias de calificación reconocieron el valor de las calificaciones objetivas, beneficiando tanto a emisores como a inversores. Para cubrir costes y satisfacer la demanda de servicios estadísticos y analíticos, las agencias comenzaron a cobrar tarifas por las calificaciones.
En 1975, para aliviar los requisitos de capital y liquidez establecidos por la SEC, se crearon las Nationally Recognized Statistical Rating Organizations (NRSROs). Las instituciones financieras pudieron cumplir sus necesidades de capital invirtiendo en valores con calificaciones NRSRO favorables, respaldadas por una mayor supervisión regulatoria. Esto condujo al crecimiento y expansión de la industria.
Agencias de calificación crediticia: regulación y legislación
La regulación y legislación para las grandes CRAs operan a escala internacional. El Credit Rating Agency Reform Act de 2006 otorgó a la SEC la autoridad para regular procesos internos, conservación de registros y ciertas prácticas comerciales. La Ley Dodd-Frank de 2010 amplió los poderes de la SEC, exigiendo la divulgación de metodologías de calificación crediticia.
La UE no cuenta con una única agencia para regular las CRAs, sino que se apoya en diversas directivas como la Capital Requirements Directive de 2006. La European Securities and Markets Authority supervisa la mayoría de las directivas y regulaciones.
Agencias de calificación y la crisis financiera
La crisis financiera y la Gran Recesión de 2007-2009 provocaron un intenso escrutinio y regulación para las agencias de calificación crediticia (CRAs). Sus calificaciones excesivamente positivas sobre valores respaldados por hipotecas (MBSs) fueron señaladas por inversiones deficientes y contribuyeron al colapso del mercado de hipotecas subprime. Los críticos acusaron a las CRAs de priorizar beneficios y cuota de mercado por encima de la precisión.
Además, la gestión de las agencias respecto a las calificaciones de deuda soberana europea fue objeto de críticas, especialmente tras las rebajas de calificación para países como Grecia y Portugal durante la crisis de deuda. Algunos argumentan que las normas regulatorias han creado un oligopolio en la industria, dificultando la competencia de agencias más pequeñas.
En la UE, nuevas regulaciones responsabilizan a las CRAs por calificaciones impropias o negligentes que causen perjuicio a los inversores.
Conclusión
Los inversores confían en las agencias de calificación crediticia para obtener información objetiva y precisa basada en métodos analíticos sólidos. Estas agencias cumplen con procedimientos de reporte establecidos por los organismos reguladores para garantizar transparencia y fiabilidad.
Los análisis y valoraciones de múltiples agencias de calificación ofrecen perspectivas valiosas, permitiendo a los inversores evaluar riesgos y oportunidades en distintos entornos de inversión. Con esta información, los inversores pueden tomar decisiones bien fundamentadas sobre países, sectores y valores para sus inversiones.