Títulos respaldados por activos (ABS) vs obligaciones de deuda colateralizada (CDO)
Los títulos respaldados por activos (ABS) son un tipo de inversión que ofrece rentabilidad basada en el reembolso de deudas adeudadas por un grupo de consumidores. Una obligación de deuda colateralizada (CDO) es una variante de un ABS que puede contener deuda hipotecaria y otros tipos de deuda. Estas opciones de inversión se comercializan principalmente a instituciones más que a inversores individuales.
Conceptos básicos
Los vehículos de inversión conocidos como títulos respaldados por activos apalancan una cartera diversa de deuda, que abarca activos como préstamos de automóviles y préstamos con garantía hipotecaria sobre el valor neto de la vivienda. Una variante de ABS, las obligaciones de deuda colateralizada (CDOs), amplía este alcance para incorporar potencialmente hipotecas y diversas clases de activos. Las ganancias financieras para el tenedor de estos instrumentos provienen del reembolso del principal y los intereses por parte de los prestatarios colectivos cuyas deudas constituyen la base del título.
Evolución de los valores respaldados por hipotecas hacia los ABS
Originados en la década de 1980, los títulos respaldados por activos (ABS) tienen su raíz en los valores respaldados por hipotecas (MBS). Los MBS comprenden hipotecas vendidas por los bancos originadores, que son compradas y reempaquetadas por bancos de inversión o instituciones financieras. Estas hipotecas se categorizan en segmentos, como residencial o comercial, cada uno formando un MBS disponible para la adquisición por parte de inversores.
De manera similar, los ABS representan una cartera de activos diversa excluyendo hipotecas. Esta cartera puede incluir deuda de tarjetas de crédito, préstamos de automóviles pendientes, préstamos estudiantiles u otras formas de deuda. Los inversores en MBS y ABS obtienen rendimientos financieros, directa o indirectamente, a medida que los prestatarios reembolsan los intereses y el principal de los préstamos subyacentes.
Variedades de finanzas estructuradas: CDOs y CMOs
Los CDOs, una forma de títulos respaldados por activos (ABS), se materializan a través de una entidad especializada, el vehículo de propósito especial (SPV), diseñado exclusivamente para la emisión de CDOs. Estos instrumentos financieros muestran diversidad en su deuda subyacente, con subclases como las obligaciones de préstamos colateralizados (CLOs) que comprenden préstamos bancarios, las obligaciones de bonos colateralizados (CBOs) formadas por bonos u otros CDOs, y los CDOs respaldados por finanzas estructuradas que integran activos como ABS, valores respaldados por hipotecas residenciales o comerciales (MBS) o deuda de fideicomisos de inversión inmobiliaria (REIT). Además, los CDOs en efectivo se basan en instrumentos de deuda del mercado de efectivo, mientras que los CDOs sintéticos aprovechan otros derivados de crédito.
En contraste, las obligaciones hipotecarias colateralizadas (CMOs) son MBS complejos, que dependen exclusivamente de componentes de MBS. Esta estructura hace que las CMOs sean susceptibles a las fluctuaciones de las tasas de interés, a los prepagos de deuda y a los riesgos de crédito hipotecario.
Dirigidos principalmente a inversores institucionales, tanto los CDOs como las CMOs se segmentan. En una CMO, los pagos de interés y principal se categorizan según el riesgo hipotecario. Por el contrario, los CDOs presentan tramos (equity, mezzanine y senior), cada uno con características de calidad crediticia y rendimiento distintas. Los tramos equity ofrecen el rendimiento más alto con las calificaciones crediticias más bajas, mientras que los tramos senior exhiben una calidad crediticia superior a costa de rendimientos menores. Los tramos mezzanine se sitúan entre los tramos equity y senior tanto en calidad crediticia como en rendimiento.
Navegando la crisis financiera: MBS y CDOs
La crisis financiera de 2008 fue causada por el colapso del valor de los valores respaldados por hipotecas respaldadas por préstamos subprime. La burbuja en los precios de la vivienda se alimentó de la concesión de préstamos subprime. Estas hipotecas subprime se vendieron a instituciones, se reempaquetaron y se volvieron a vender. A medida que la burbuja comenzó a desinflarse, los propietarios se vieron obligados a incumplir sus pagos y los títulos que obtenían ingresos del reembolso de esos préstamos se desplomaron en valor. Para 2011, el mercado de valores respaldados por hipotecas había vuelto a algo parecido a la normalidad tras la disipación de la crisis financiera.
Conclusión
Los títulos respaldados por activos y sus variantes, como las obligaciones de deuda colateralizada, están dirigidos a inversores institucionales y ofrecen rendimientos vinculados a diversas deudas de consumidores. La evolución de los valores respaldados por hipotecas hacia los ABS demuestra la adaptabilidad del mercado.